La economía y el capital humano de Cartagena de Indias

El lector encontrará en este libro cuatro ensayos referidos a los temas sociales de Cartagena, y un quinto texto que alude a la situación de las finanzas del distrito en el período 2000-2007. Todos ellos fueron escritos por economistas que forman parte del equipo de investigación del Centro de Estudios Económicos Regionales, CEER, del Banco de la República.

Javier Pérez e Irene Salazar, en el primer trabajo incluido en esta recopilación, analizan la situación de la pobreza en la ciudad usando diferentes medidas que son habituales en este tipo de discusiones: la mitad de la mediana del ingreso y dos dólares diarios de ingreso. Una de las principales ventajas del trabajo es que los autores desagregan por barrios la información que utilizan de la Encuesta Continua de Hogares 2001-2004. De esa manera, es posible ver la distribución espacial de la pobreza en la ciudad de manera clara, tal como se observa en los mapas que acompañan el artículo. A manera de ejemplo, indicaremos que Pérez y Salazar encuentran que en el barrio Paraíso II, en las faldas de La Popa, el índice de pobreza es del 78%, mientras que en los barrios de Bocagrande y Castillogrande es de 1%.

¿Qué explica las enormes desigualdades en las condiciones de vida material que predominan en los diferentes barrios de Cartagena? El ensayo de Julio Romero, “¿Discriminación laboral o capital humano? Determinantes del ingreso laboral de los afrocartageneros”, nos ayuda a entender, en buena parte, estas diferencias. A partir del censo de población del 2005 y de la Encuesta Continua de Hogares para el segundo trimestre del 2004, Romero descompone por medio de métodos econométricos las diferencias en el ingreso laboral atribuidas al género y a la raza. Sus resultados muestran que los cartageneros que se autorreconocen como afrodescendientes tienen en promedio un ingreso por hora laborada 32% por debajo del que reciben los demás habitantes de la ciudad. Sin embargo, no toda esa diferencia es producto de una discriminación directa en el mercado laboral. Una vez se corrige por el nivel educativo la brecha se reduce a un 7-8%. Es decir, que los afrocartageneros ganan menos por hora trabajada debido a que tienen un menor nivel de capital humano. El comentario obvio que sigue es que ese menor nivel de capital humano es uno de los legados de la esclavitud y la exclusión a que ha estado sometido este grupo étnico.

En los dos documentos que siguen, Joaquín Viloria hace un balance de la situación de la educación primaria y la salud pública en Cartagena, temas directamente relacionados con las desigualdades en capital humano que hemos comentado. Ésta es una cuestión de gran relevancia para el futuro de la ciudad, pues además de afectar la distribución de las oportunidades, las falencias en esta materia limitan su competitividad. Un estudio realizado por el Observatorio del Caribe en el 2008 sobre la competitividad global de 22 ciudades colombianas, encontró que Cartagena se ubica, en este aspecto, en el puesto número 12. La razón para ello es que su puntaje en cuanto a recurso humano e infraestructura no es bueno.

Para avanzar en las limitaciones que tiene la ciudad en términos de su dotación de capital humano y de servicios públicos, es ineludible que el gobierno local pueda aumentar sus inversiones en este campo y logre mejorar la eficiencia del gasto. Por esa razón, resulta muy apropiado que en el último ensayo de esta recopilación Jaime Bonet analice las finanzas públicas del distrito en el período 2000-2007. Hay que destacar varios puntos de este artículo. Uno de ellos señala que el problema es, en parte, por una de escasez de recursos. Por ejemplo, Bonet muestra cómo Bogotá gasta al año el doble por estudiante que Cartagena. Una brecha de esa magnitud afecta la calidad relativa de la educación. Por ello, es urgente que las autoridades distritales hagan un esfuerzo por elevar al máximo posible los recaudos locales e incrementar la eficiencia del gasto, y focalizar las inversiones públicas en las actividades de mayor rentabilidad social y económica.

El futuro de Cartagena, la segunda ciudad de la costa Caribe en población, después de Barranquilla, es de gran importancia para el dinamismo económico de la región y del país. Aunque en los últimos años dos de los sectores clave de la economía local, el industrial y el portuario, han tenido muy buen crecimiento, no es evidente que esos sean sectores indispensables para elevarle el nivel de vida a la mayoría de los habitantes locales. En el caso de la industria esto es bastante claro. Lo que hay en Cartagena es un complejo petroquímico intensivo en capital y no un sector industrial diversificado que logra generar un alto volumen de empleo.

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Autor/Editor(es):
Meisel-Roca, Adolfo

Fecha de publicación:
2008.

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