Finalizado el primer semestre del año, dentro de una baja inflación y avance en los indicadores laborales, los resultados económicos de la región fueron dispares. La dinámica del comercio interno mejoró, siendo superior para el segmento de vehículos; la producción y las ventas de la industria continuaron al alza. El balance de la construcción fue de estabilidad, con reducción en el área dirigida a vivienda y aumento en el destino comercial; en tanto, las transacciones de vivienda nueva se contrajeron, mientras que los despachos de cemento gris se acrecentaron. En el frente externo, el saldo de la balanza comercial siguió deteriorándose ante la leve expansión de las importaciones y el retroceso de las exportaciones, especialmente de oro y productos industriales. Respecto del sistema financiero, la cartera total creció a un menor ritmo, destacándose el dinamismo en vivienda y en la de consumo.