La pobreza en Santa Marta: Los Estragos del Bien

En 2017, el porcentaje de personas viviendo en condición de pobreza monetaria en Santa Marta fue de 33%. Con este resultado, la ciudad se ubicó como la tercera con mayor pobreza en la región Caribe, superada solo por Riohacha y Valledupar. Esto contrasta con lo que se vivió tres décadas atrás. En 1985, el indicador de necesidades básicas insatisfechas (NBI) posicionó a Santa Marta como la ciudad con menor pobreza entre las ocho capitales de la costa Caribe. La pregunta es entonces: ¿cuándo inició el retroceso? En el periodo 1985-1993, mientras que Cartagena y Barranquilla redujeron su pobreza en 9 puntos porcentuales, la de Santa Marta aumentó en 1 punto porcentual. Siguiendo esta tendencia, Santa Marta sería superada por estas dos ciudades y esto se mantendría para el dato más reciente de pobreza por NBI de 2005.

El estudio de la pobreza en Santa Marta es indispensable para plantear soluciones adecuadas que permitan avanzar en su superación. Este documento tiene tres objetivos principales: (i) realizar una caracterización espacial de la pobreza en Santa Marta, (ii) investigar las razones de su rezago relativo en reducción de pobreza y (iii) proponer una serie de inversiones para llevar la pobreza de la ciudad al promedio que tendrán las 23 ciudades principales e intermedias en 2030. La información espacial y los mapas son de gran utilidad para identificar los lugares donde se concentran los más pobres, así como para conocer sus principales necesidades. Por su parte, algunos antecedentes históricos de la segunda mitad del siglo XX, permiten tener una aproximación al retroceso vivido. 

El trabajo encuentra que uno de los hechos relacionados con el aumento relativo de la pobreza fue la llegada masiva de desplazados a la ciudad. Según el Registro Único de Víctimas, en el periodo 1985-2017, Santa Marta fue la tercera ciudad que más recibió desplazados en el país, solo después de Bogotá y Medellín. Este crecimiento poblacional resultó en la concentración de pobreza en las faldas de los cerros aledaños y en algunas zonas del casco urbano, en donde son recurrentes la falta de servicios públicos y el bajo logro educativo de la población. Precisamente, es en este último tema donde se encuentran los principales retos de la ciudad. Santa Marta ocupa los últimos lugares en indicadores de calidad educativa: en las pruebas Saber 11 de 2017 los estudiantes samarios solo superaron a los de Quibdó.

Para superar el rezago en pobreza, se deben entonces priorizar inversiones en cuatro sectores: educación, vivienda, acueducto y alcantarillado, y empleo. El costo total aproximado de estas inversiones es de 433 millones de dólares en los próximos 12 años, los cuales se podrían financiar con un mayor esfuerzo fiscal local y una mayor calidad del gasto público. Implementar esta estrategia permitirá revertir la tendencia mencionada y llevar la pobreza de Santa Marta al promedio que tendrán las 23 ciudades principales e intermedias de Colombia en 2030.